Cursa Bachillerato en el Colegio del Sagrado Corazón de Rosales. Se gradúa en Psicología Clínica en el CEU y la Universidad Complutense de Madrid.

Especializada en Comunicación en el Centro Luria en coordinación con las Escuelas de EE UU -Palo Alto y Berkeley (California). 

Su padre fue Domingo Viladomat, pintor, escenógrafo, ilustrador, director, guionista y productor. Tras la muerte de éste en 1997 se convierte en la depositaria del legado de su pintura y realiza exposiciones por todo el mundo.

De 2008 a 2013 ejerce como Comisaria de Pal Sarkozy (padre del expresidente de la República de Francia) y otros artistas. Escribe Reportajes de Sociedad en Diplomática, La Moda en España, Norah Magazine y otras, siempre en relación con el Arte y también ejerce como Asesora Internacional de Art Gallery Guide en Madrid. 

Tras haber ejercido varios años como coach especializada en comunicación, decide aparcar  su profesión por un tiempo, pues llega a sus manos un legado con importante documentación sobre su abuela Pilar de Valderrama y su relación con el gran poeta Antonio Machado.

Inicia una ordenación y clasificación minuciosa del archivo encontrado, permitiéndole ser la Comisaria de diferentes exposiciones que engloban, no sólo a Pilar de Valderrama, sino a todos los miembros de la familia. También organiza conferencias, conversatorios, recitales poéticos- musicales y encuentros literarios en torno a la figura de Guiomar que complementan las exposiciones.

Pilar de Valderrama es una figura clave en la historia del arte y de la literatura en este país. Poco o nada conocida hasta el momento fue una mujer adelantada a su tiempo, con una inteligencia y sensibilidad fuera de lo común. Escritora, poetisa, dramaturga, precursora del teatro de cámara, defensora de los derechos de la mujer entre otras muchas cosas. Fue miembro del Lyceum Club Femenino, asociación fundada en 1926, que servía como lugar de encuentro de intelectuales y artistas. Formó tertulia con Concha Espina, María de Maeztu, Zenobia Camprubi, esposa de Juan Ramón Jiménez, y otras consortes de intelectuales o artistas como Mabel Rick, mujer de Pérez de Ayala, y reunió en su casa a importantísimos intelectuales del momento.

Una figura opacada tanto por los tiempos en los que la tocó vivir ( recordemos que nació en 1889) como por la  relación que mantuvo con el gran Antonio Machado entre 1928 y 1936. Aunque la relación fue eminentemente epistolar, surgió entre ellos una potentísima conexión intelectual, que unida a la admiración que sentían mutuamente, convierte a Pilar de Valderrama en el amor imposible de Machado. La diferencia de edad, una sociedad encorsetada y el hecho de que ambos estuvieran casados, truncó lo que con toda probabilidad hubiera sido un amor de película.

Tras muchos años, decide escribir sus memorias tituladas “Sí, soy Guiomar. Memorias de una vida” con la única condición de que se publicaran a título póstumo por razones obvias. 

Lo que era un secreto a voces en círculos literarios desde 1964, queda plenamente confirmado al publicarse el libro en 1981. Aporta las únicas 36 cartas que le quedan de las más 240 que se intercambiaron. Al no existir personas que pudieran confirmar esa relación, las cartas, las  propias memorias y lo versos de Machado a Guiomar, son los únicos testigos mudos de su relación, pero que dejan muy patente que Guiomar no fue un recurso literario del poeta o una figura fruto de su imaginación, sino una mujer real de carne y hueso, abuela de nuestra invitada de hoy.

Alicia ha escrito su propio libro “ Pilar de Valderrama. Memorias de un gran secreto”, un volumen dedicado a su abuela para desmitificar su figura solo como la Guiomar de Machado, sacarla del anonimato y ubicarla en el lugar que realmente merece en la historia por su valía intelectual, literaria y humana.

Machado la hizo eterna con sus múltiples versos dedicados a Guiomar, aunque por entonces nadie sospechaba que era ella. Ahora, Alicia, su nieta y nuestra invitada de hoy, recoge el testigo y es la responsable  de que todo el mundo sepa quien fue y exhiba su legado al mundo.

Aunque yo creo que Guiomar ya es un poco patrimonio de todos nosotros y eso también nos obliga a aportar nuestro granito de arena para que su figura sea eterna.

Susana Cañil