Lola estuvo, para quienes ya la conocíamos, como siempre: divertrida, pizpireta, académica y punzante en sus afirmaciones.

No hizo valer su carnet de prensa, sus conocimientos como crítica de arte ni el ser la conductora del programa ClickradioTV, tan solo quiso ser una mujer de hoy día: “Coqueta, eso sí, no salgo de casa sin estar perfectamente arreglada. Cuido hasta el último detalle, que para eso soy mujer, muy mujer”, y ahí se desató en comentarios y anécdotas con total respeto hacia los profesionales del arte, de sus cuitas, deseos y fantasmas que siempre los acompañan.

De las dificultades que tienen que superar y los problemas que surgen en las galerías. Del difícil momento para exponer el trabajo pictórico no solo en España, también fuera de nuestras fronteras.

César fue el complemento perfecto. Sabio y docto en sus afirmaciones, nos deleitó con puntualizaciones y anécdotas al discurso de Lola. Fue, sin duda, el mejor postre del almuerzo. Gracias, Lola. Gracias, César.

P.D. César Casanova, militar retirado, magnífico dibujante y profundo conocedor de las artes pictóricas, entre otras cosas, falleció dos días después del almuerzo. Aún teníamos el sonido de sus enseñanzas en nuestros sentidos cuando la noticia nos sobrecogió.

Mariano Cobo