El espíritu de este premio es el reconocimiento de la labor de periodistas y comunicadores.
José Domingo Castaño es la Radio. Y mucho más. Quienes le escucharon, los primeros, en su Galicia natal –Pepe Domingo es de Padrón, y a mucha honra- no olvidan aquel locutor tan joven como dinámico que les alegraba el día.
Los que observaron sus primeros escarceos en un Madrid que, sin él quererlo, se le tornó esquivo por efluvios llegados desde Galicia, sabían que el chico prometía.
Lo que no podían suponer es que esas promesas que se atisbaban fueran superadas de tan amplia y variada manera a lo largo de los años.
José Domingo vino a la Peña con su inseparable Maite. Habló de su libro biográfico, en el que desnuda su vida y su alma- y nos fue ampliando, con esa facilidad de palabra que Dios le dio y él tan bien supo aprovechar, aspectos de sus diferentes carreras. Porque empezó, como casi todo el mundo, en la radio musical, en la que pronto fue estrella insuperable con su manejo de El Gran Musical en la Cadena SER, tras un meritoriaje madrileño en Radio Centro, quizás más modesta pero no menos entrañable. De ahí pasó a programas de amplio espectro. Horas y horas de Radio inoculando a sus oyentes ese entusiasmo vital que sigue acompañándole en todas sus actividades. También nos lo contagió a los comensales que compartimos viandas y bebidas en uno de los ya legendarios Martes de la Peña Periodística Primera Plana.
José, Pepe, Domingo saltó, era inevitable, a la televisión. Sus “300 Millones” eran seguidos con igual pasión a uno y otro lado del Atlántico. Le llegaron jugosas propuestas desde ambas orillas. Y las solventó en un ejercicio de funambulismo, de ese ‘más difícil todavía’, que es, o debería ser, el lema de su vida. Se convirtió en cantante y con un éxito espectacular: primero fue su “Neniña”, de cosecha propia y familiar. Luego, con “Mariquilla”, homenaje al pionero José Luis y su Guitarra. Y después, “Motivos” que le llevó al número uno y le convirtió en cantante de multitudes en México. Podía haberse quedado allí, en la música. Pero dije al principio que Castaño es Radio, y lo sigue demostrando repartiendo, a la vez, sabiduría, oficio y amistad. Esa amistad con la que nos honró en su visita a la peña.
José Ramón Pardo
© Derechos de autor: Peña Periodística Primera Plana
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